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Lazos de sangre

No existe una verdad tan inescrutable como el lazo único que une a los hermanos. Es una unión innata propia de un sentimiento fanático que no atiende a razones, y todo ello independiente del trato que exista entre ellos.

Los casos de hermanos con edades parecidas fortalece aún más si cabe esta unión, que pueden servir en ocasiones de soporte para toda la familia en momentos difíciles. Además la buena relación fraternal es una garantía para los padres, pues además de facilitar la estabilidad familiar, les otorga la tranquilidad de saber que sus hijos nunca estarán solos.

Al hablar de esta unión no podemos evitar pronunciar la palabra envidia, descrita por el filósofo Bertrand Rusell como una de las principales causas de infelicidad en las personas. Es un sentimiento inherente a la naturaleza humana que empieza a florecer en las personas desde sus primeros años de vida.

La envidia lleva a una rivalidad constante entre aquellos que la experimentan, y en el caso de los niños se suele ver reflejada en las relaciones entre hermanos que de algún modo compiten por el que es su primer objeto de amor, la madre. Cuando crecen, esta competencia sigue aumentando y puede extenderse a otros ámbitos. Pero el amor fraternal es por lo general más fuerte que cualquier sentimiento de envidia, por lo que lo más normal es que los conflictos entre hermanos acaben resolviéndose.

Para ello, resulta determinante la actitud que tomen los padres, que puede ser de prescindencia o de interferencia. La prescindencia consiste en no actuar, dejar a los hijos que resuelvan sus problemas por sí solos, lo que permite que sean capaces de llegar a un acuerdo y que establezcan sus propios valores. En cambio, la interferencia refuerza la rivalidad, bloquea la negociación y aleja la solución.

Como ocurre con todo lazo familiar, las relaciones entre hermanos cuentan con sus buenos y malos momentos. Pero como es lógico, en general el amor fraternal se acaba imponiendo a cualquier tipo de conflicto.

Porque no importan las circunstancias, un hermano es para siempre.