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El paso del cine mudo a las tres dimensiones

Lo tradicional cede espacio a lo tecnológico en los efectos especiales

Por Saray Ceballos

Si Segundo de Chomón levantase la cabeza podría ver que hoy, un siglo después, los efectos especiales de su película 'El hotel eléctrico' se han visto más que superados. Sus cepillos que peinan solos y sus zapatos que atan los cordones han dado paso a un enorme fauno que habita en un laberinto o a la creación de un mundo llamado Pandora a donde acuden unos avatares.

Así, el cineasta español, pionero en esta herramienta, abrió las puertas con sus obras a toda una historia cinematográfica, llena de efectos especiales, que ha llegado a su clímax gracias a la era digital. Alrededor de los años ochenta, los ordenadores comenzaron a crear los primeros efectos digitales a través de unos gráficos que darían vida, por ejemplo, a películas de la talla de 'La Guerra de las Galaxias' de George Lucas.

Veinte años más tarde, esta parte del arte ha creado conceptos como el diseño virtual o el 3D que dan un toque más sofisticado al mundo cinematográfico, permitiendo al espectador, incluso, sentirse parte de la película.

Pero todas estas aplicaciones informáticas "no van a acabar" con los efectos de toda la vida, según el ganador de ocho premios Goya a los mejores efectos especiales, Reyes Abades, sino que ayudan a "potenciarlos". Ahora, el cine lleva a sus espectadores a situaciones que "antes eran prácticamente imposibles de hacer". Pero, a pesar de todas las mejoras que suponen para la vista, para Abades la tecnología "no consigue tener contacto con las personas de manera creíble", por lo que "las reacciones no tienen nada que ver".

Reyes Abades ha dirigido, junto al productor cinematográfico Francisco Espada, el 'Taller de efectos especiales: La lluvia, el fuego y la nieve' en la UIMP.