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Lo analógico se recupera bajo otro concepto

La lomografía se ha convertido en una filosofía de vida

Por Saray Ceballos

No hay que pensar, simplemente disparar. No se trata de un duelo en el salvaje oeste ni de una persecución policial. Es el principio básico de la lomografía. En una sociedad en la que lo digital está al orden del día, el espectro fotográfico abre las puertas a lo analógico gracias a esta tendencia.

Son fotografías intensas, alocadas, únicas, en las que destaca un viñeteado desdibujado y un gran contraste de color y luz, conseguidas a través de una cámara Lomo. Con el paso de los años se ha convertido en algo más que una tendencia, es un movimiento mundial que cuenta con asociaciones de la talla de la Sociedad Lomográfica Internacional.

Lleva tu cámara siempre contigo; úsala en todo momento, día o noche; la lomografía no es una interferencia en tu vida, sino una parte de ella; dispara desde la cadera; acércate lo más que puedas a tus objetivos lomográficos; no pienses; se rápido; no tienes que saber de antemano que has capturado en el film; tampoco tienes porque saberlo luego y no te preocupes por las reglas. Estos son los pilares de este estilo fotográfico que ha hecho que lo retro vuelva a estar de moda.

Poco se imaginaron los rusos, allá por 1982, que aquellas cámaras fotográficas que inventaron y que obtenían imágenes saturadas de color iban a crear algo que, para muchos, se convertiría en una filosofía de vida.